miércoles, 28 de enero de 2015

LA DEUDA NO ES EL PROBLEMA GRIEGO


Durante estos días los analistas de todos los medios cada vez que aluden a la victoria de Siriza, hablan de la quita de la deuda, de la renegociación con la troika o de la salida del Euro. Siendo todos éstos problemas mayores y con gran impacto sobre la moneda única, son el menor de los problemas que los europeos vamos a tener con el régimen comunista victorioso en las elecciones griegas. Tsipras es el mayor gol que Putin ha metido, sin querer o no, a Europa desde que el régimen nacional-ortodoxo-comunista se alzó con el poder en Rusia tras la dimisión de Boris Yeltsin y supone un anhelo del comunismo europeo nacido en 1945 cuando el partido comunista griego y su brazo armado se alzó en armas contra el gobierno democrático griego, con el apoyo de yugoslavos, albaneses y búlgaros, ¡y como si no supiéramos quienes estaban detrás de estos países¡. Decenas de miles de muertos y casi 700.000 desplazados fueron la consecuencia del levantamiento comunista, que no tardaron ni dos meses desde la retirada de las tropas nazis para aprovechar el río revuelto, algo muy del gusto del camarada Stalin y que sufrieron otros muchos países de la Unión Europea.


Ni los británicos pudieron hacer frente a los comunistas en Grecia para salvar la democracia y tuvo que ser el propio Truman en su famoso discurso al congreso el 12 de marzo de 1947 el que solicitó un paquete de ayuda para Grecia y Turquía que fue seguida del Plan Marshall. Grecia recibió en aquellos años una ayuda directa de casi 500 millones de dólares de la época que nunca fueron devueltos, para preservar la democracia y fortalecer el desarrollo económico del país heleno.

Vivimos un tiempo nuevo en Europa; una nueva guerra fría que no ha perdido los tintes ideológicos del pasado. La expansión militarista de Rusia tanto en Europa como en África; el apoyo militar directo a los secesionistas ucranianos que atentan contra la soberanía de un país reconocido por la comunidad internacional sin el menor pudor, las amenazas de corte del gas a Europa, las continuas incursiones militares en Europa y un creciente desarrollo militar y de reforzamiento de la capacidad nuclear, en plena depresión económica, no pueden ser vistas como actuaciones inocentes que no obedecen a una clara estrategia imperialista.

La Unión Europa no puede ignorar por más tiempo esta realidad y debe actuar en consecuencia. La nueva política expansionista recuerda mucho al eurocomunismo, aquella estrategia de los años setenta para conseguir que el comunismo llegara al poder en Europa por las vías democráticas para terminar obviamente con el sistema democrático, dada la imposibilidad de una invasión militar o una revolución. Los nuevos movimientos populistas de izquierda como Siriza, muestran que una vez más se aprovechan las debilidades de la Europa del bienestar y del espíritu de buenismo que se extiende por todas las cancillerías europeas para atacar al corazón del sistema de libertades que es Europa.

Esto puede parecer exagerado, pero los antecedentes son numerosos y muy claros. En la visita que Tsipras realizó a Moscú el pasado mayo hizo algunas declaraciones que apuntan una total discrepancia con la política común europea respecto de Rusia y lo hacía como el candidato de la izquierda radical a la presidencia de la Comisión Europea y no solo como líder griego. Tsipras mostró su apoyo a los secesionistas ucranianos de una forma muy vehemente, defendiendo el ilegal referéndum convocado por los secesionistas y además se permitió hablar del régimen democrático de Ucrania en estos términos

“ Es una regresión para nosotros ver a los fascistas y los neonazis entrando en los gobiernos europeos de nuevo y por esto son aceptados por la Unión Europea” ¿Qué reacción positiva pueden esperar de la Unión Europa ante semejantes dislates?. Es el lenguaje de la vieja guardia comunista, la misma que pactó con la derecha nacionalista alemana en 1939 para conseguir sus objetivos.

Además se mostró en contra de las sanciones a Rusia, ya que según el nuevo primer ministro griego “ era pegarse un tiro en el pie para los europeos”. Pero añade un elemento nuevo que veremos incrementar su ímpetu en los próximos meses, algo inédito viniendo del agnóstico Tsipras

“ Rusia es parte integral de Europa que abarca desde el Atlántico hasta los Urales. Grecia y Rusia están unidas con una tradición de luchas compartidas de nuestros pueblos, con convicciones religiosas comunes y con raíces políticas y culturales comunes en nuestra historia”. 

También se reunió con la presidenta de la cámara alta Valentina Matviyenko, que está dentro de la lista de personas sancionadas por la Unión Europea por sus lazos con el presidente y su sistema económico y político y de intereses comunes. En la reunión que mantuvieron ambos líderes Matviyenko expresó su visión de futuro.

“Grecia ve a Rusia como un socio estratégico y estamos interesados en desarrollar lazos en varios sectores y direcciones con Grecia”

En este sentido ya en febrero pasado el distribuidor griego Depa acordó con Gazprom una reducción política del 15% del precio del gas suministrado desde Rusia. En ese año de plena depresión en Grecia el comercio bilateral creció un 16% y el país heleno recibió 1,2 millones de turistas rusos, y ya hay un preacuerdo para suministro de gas ruso en condiciones más privilegiadas a Grecia.

La afectuosa felicitación de Putin a Tsipras, la temprana reunión con el embajador ruso y la continua oposición manifestada estos días a las sanciones contra Rusia, mientras que el conflicto militar causa cada día más víctimas consecuencia de continuado refuerzo militar ruso a los rebeldes, dan mucho que pensar de un partido comunista que siempre ha mantenido unos lazos estratégicos con Rusia, que ha encontrado ahora en la religión el lazo de unión con sus potenciales aliados en Europa, que ni siquiera tuvo con el marxismo leninismo.

Churchill siempre estuvo obsesionado por el vientre de Europa y en especial por Turquía y Grecia que eran los países que debían salvaguardar y servir de punta de lanza en la contención del comunismo en Europa y de control del tráfico del canal de Suez, sin olvidar que dejar la cuna de Europa a Rusia era sumir a todo el continente en la oscuridad. Si ahora Rusia reemplaza a la Unión Europea en Grecia, la misma que acaba de invitar oficialmente a Kim  Jong Un, el presidente norcoreano para los aniversarios del final de la guerra mundial, y continúa la agresión a Ucrania y las amenazas a Europa, nos encontraremos como un problema geoestratégico sin precedentes en Europa en 1945.

En los próximos meses veremos donde se acaba posicionando el nuevo gobierno griego. Lo que si sabemos, los que ya peinamos canas, es que uno no suelta un órdago si no tiene una carta escondida. Por muy mal que se encuentre Rusia, si Grecia no encuentra oído a sus absurdas pretensiones en Europa, seguro que aparece una mano en forma de rublos, aunque sean devaluados para aprovechar el río revuelto; en cualquier caso Rusia tiene más de 300.000 millones de dólares de reservas para hacer política o aguantar la moneda, depende las prioridades del gobierno de Rusia. Mi apuesta sigue siendo que Grecia solo tiene una salida a no cumplir con las reformas asociadas a los programas de ayuda, y es salirse de la Unión Europea y del Euro y a continuación de la Alianza Atlántica y buscar una moneda local, aunque le suponga el default y el aislamiento de la comunidad internacional. Pero Europa, ahora que aspira a tener políticas comunes tiene que estar segura de que Grecia es un país que quiere seguir siendo parte de la Europa occidental y asume sus valores y sus compromisos; si no es el caso, mejor y más seguros estaremos sin Grecia.

Europa, y en especial Alemania han sido demasiado comprensivos con Grecia. ¿Acaso estaban mejor Portugal o Irlanda cuando solicitaron el rescate?; ¿alguien les perdonó de hacer las reformas o de ser austeros?. ¿Con qué cara van a mirarnos a los demás si ahora premiamos al hijo pródigo que escupe en la mano que le da de comer?. Europa compró la mayor parte de la deuda griega con el rescate, sacándola de fondos buitres y de bancos con tipos de interés cinco veces más altos que los actuales. Los plazos de devolución son hasta el año 2050 comenzando en 2030 y con años de carencia de intereses. ¿A alguien le han prestado alguna vez el dinero así?.  Dicen que Europa les impone austeridad, cuando pagamos sus pensiones y sueldos de decenas de miles de funcionarios. Cuando hablan de quita lo que quieren es volver a endeudarse más para hacer el agujero más grande a cambio de políticas populistas que les permitan hacer su revolución comunista silenciosa, y ¿Quién debe financiarles esta nueva deuda, los mismos que se la perdonaron?. La deuda no es el problema ya que no tienen que realizar grandes pagos ahora ni es la causa de la austeridad. Su problema es que no se pagan los impuestos y el despilfarro ni está cuantificado. Se trata de un país de once millones de habitantes donde están ocupados solo cuatro millones de personas, de ellas casi un millón de funcionarios y empleados públicos y un millón de parados. En definitiva un país en quiebra que solo tiene un cordón umbilical para sobrevivir que se llama Unión Europea.

Grecia recibió de Estados Unidos entre 1947 y 1953 diez veces más del dinero que los nazis robaron de Grecia. Nunca Grecia le prestó dinero a Alemania, fue un expolio que los nazis hicieron al banco central griego durante la ocupación, como hicieron en todos los países; pero además sería inmoral asociar al régimen nazi con el régimen democrático alemán de posguerra; y sobre todo después que los aliados arrasaron y no virtualmente Alemania. No se puede comparar la situación, cuando el problema de Grecia es acumular déficits sin freno durante décadas; un gasto público inabordable para su economía, la falsificación de sus cuentas públicas y un gasto militar que supera en porcentaje a Francia o Reino Unido.

El mecanismo de implantación de esta nueva versión del eurocomunismo es muy claro: algaradas callejeras; alegatos de corrupción generalizada, utilización de la mentira, la tergiversación y la propaganda, llegada al poder sin decir la verdad; llegada al poder; empobrecimiento de la población siempre culpa de una minoría o de un extranjero; nacionalización de bancos y empresas y de medios de comunicación; nuevos lazos políticos, y a la vuelta de unos pocos años ya está el país implantado en un régimen que no tiene salida. Ahora, cuando Europa se niegue a plegarse a sus inmorales peticiones, ya tendrán el casus belli que necesitan para justificar sus tropelías; eso parece que es lo que buscan en Europa, un portazo.


Muchos dirán que esto es una exageración, pero viendo los primeros actos de Tsipras en el gobierno, no tengo la menor duda de que no se trata de poner presión a la Unión Europea para negociar, sino que forma parte de una estrategia muy clara de involución en el país y de extender su modelo a la Unión Europea. Por esa razón no pueden aceptar las medidas de austeridad en este momento, porque necesitan hacer creer a los demás movimientos europeos que una política alternativa es posible y en base a ello querrán crear un frente del sur, como el del eurocomunismo de los setenta para hacer frente a la ortodoxia liberal y democrática, y en ese camino España es el siguiente actor. Con Grecia y España, Italia pronto acabaría contagiada, y habríamos puesto dinamita en el lugar más vulnerable de la Unión Europea que es el sur.

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